Si algo me ha llamado la atención desde que soy pequeño es que a los españoles nos encanta hablar con frases hechas. Cualquier persona que haya viajado un poco se da cuenta de que en otros países son menos “refraneros” y que a nosotros nos encantan los dichos y hablar con este tipo de construcciones en nuestras conversaciones diarias. Lo cierto es que elegir unas pocas no es tarea fácil porque hay muchísimos.
Es muy común que a la hora de explicar cualquier cosa no encuentres las palabras adecuadas. No obstante, si tienes un poco de bagaje cultural y conoces unos cuantos refranes, seguramente te darás cuenta de que todos te entienden mucho mejor porque representan situaciones que todos hemos vivido alguna vez.
Un refrán, según su propia definición, es una frase de origen popular que se repiten continuamente y de forma invariable durante el paso del tiempo. En los refranes se suelen expresar pensamientos morales, consejos generales o enseñanzas y comúnmente se estructura de forma que rime. De esta forma son muy fáciles de recordar y se pueden utilizar en muchos momentos según el contexto.
En muchos casos, aunque sepamos lo que quiere decir un refrán, su origen es muy antiguo y realmente no entendemos del todo su significado. Un ejemplo podría ser el clásico “tanto va el cántaro a la fuente…”. En muchos casos ni siquiera se finaliza el dicho, que cuya segunda parte es: “que se acaba rompiendo”. La gente sabe que esto se le dice a alguien para que deje de intentar lo mismo constantemente porque sabe que va a acabar mal. Sin embargo, actualmente nadie va a recoger agua con un cántaro a una fuente y muchos ni siquiera saben lo que es un cántaro. Aquí tienes algunos de los refranes más populares:
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”Más vale pájaro en mano, que ciento volando”
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”Al mal tiempo, buena cara”
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”Ojos que no ven, corazón que no siente”
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”Al caballo regalado, no le mires el dentado”
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”A quien madruga, Dios le ayuda”
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”Nunca te acostarás sin saber una cosa más”
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”En boca cerrada no entran moscas”
Recuerdo que cuando era pequeño no entendía demasiado esta frase. Sabía lo que quería decir, que la avaricia no nos lleva a ninguna parte y debemos estar satisfechos con lo que tenemos, pero no le veía demasiado sentido a las palabras. Si embargo, la metáfora de cien pájaros alzando el vuelo, inalcanzables, me hizo replanteármelo.
También es muy popular otro que tiene el mismo significado: “El que mucho abarca, poco aprieta”. En este caso el significado es muy visual, ya que, si intentas alcanzar con tus propios brazos un objeto muy grande, no podrás con ello. Es mejor agarrar algo de forma segura.
Un clásico entre los clásicos que todos hemos escuchado mil veces en momentos tristes de nuestra vida. Siempre me ha gustado mucho el espíritu positivo que se puede encontrar en la sabiduría de los dichos tradicionales. En este caso, nos recuerda que, aunque todo nos vaya mal, siempre va a ser mejor afrontarlo con positividad.
Uno de mis favoritos durante mi época adolescente, algo cínico, eso sí. Este dicho es fácil de entender, si tus ojos no ven algo malo, no sufres. Se pude aplicar en muchos casos de nuestro día a día, aunque donde más se escucha es en temas de amoríos. Yo, personalmente, soy de la opinión de que hay que afrontar los problemas.
Una de las favoritas de los padres para enseñar a sus hijos que en esta vida hay que ser agradecido. Tampoco le encontraba mucho sentido en su día ¿por qué razón le iba a mirar los dientes a un caballo? Pero su explicación también se traduce en que antiguamente los caballos estaban más presentes en nuestra sociedad. En definitiva, cuando alguien te regale algo hay que valorar el detalle y no lo que te está regalando en sí.
Este posiblemente sea el refrán que más veces he oído de boca de mi abuela. Como muchos habréis imaginado, tiene origen religioso debido a que España siempre ha sido un país tradicionalmente católico y en su cultura existen muchas referencias a Dios y a los santos. Su significado simplemente trata de empujarnos a ser trabajadores responsables y a no ser perezosos a la hora de nuestro día a día. La gente que madruga suele ser más productiva que los que se levantan a las doce del mediodía.
Otro de la misma familia podría ser “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, aunque como suele suceder en España, también hay otros que lo contradicen. “No por mucho madrugar amanece más temprano” es una clásica respuesta que se le dice a quien te acaba de echar en cara que a quien madruga Dios le ayuda.
Este dicho es uno de los que me empujó a crear este blog y necesita poca explicación. Es un hecho irrefutable que todos los días aprendemos cosas nuevas así que, siempre que alguien descubra algo (generalmente algo muy evidente) que no sabía, le puedes soltar este refrán.
No se me ocurre un mejor refrán para “cerrar la boca” y despedirme que este. Nadie puede negar que es muy gráfico, quizá sea algo desagradable, pero también eso lo hace muy efectivo. Viene a alertarnos de que debemos actuar con cautela para que no ocurra algo malo. Hay que pensar dos veces antes de hablar para no equivocarnos y hacer o decir algo de lo que nos podamos arrepentir.